De acuerdo, se cumplió el objetivo: no descendimos a Segunda División. Pero esta plantilla “a priori” estaba confeccionada para mayores logros; por supuesto que no para entrar en Europa League, no, pero sí para no pasar apuros. La puntuación obtenida este año en otras ocasiones nos hubiera condenado al pozo: sólo hemos conseguido 36 puntos, uno más que hace dos años, que nos salvamos en el Camp Nou con un milagro mayor que éste. Únicamente se han ganado 8 partidos de 38, y sólo uno fuera de casa. Unos números paupérrimos. Todo esto son números, pero esto no es lo peor. Hay una sensación de que estos malos resultados son producto de unos jugadores que, con honrosas excepciones (y éstas tienen nombres y apellidos: Germán Lux, Laureano Sanabria, Luis Carlos Correia, Álex Bergantiños, Pedro Mosquera, Florin Andone y yo creo que ninguno más, quizás Juanfran Moreno antes de su “frustración”) no dieron la talla, no hubo la actitud necesaria para afrontar los partidos concentrado como...
El blog de A'Centenariazo